«Mente sana en un cuerpo sano»
Dice la sabiduría antigua. Hoy en día esto es particularmente relevante ya que se nos recuerdan constantemente las temibles estadísticas sobre obesidad que pronostican tristeza y melancolía.
Lo que algunas personas parecen olvidar es que el cuerpo es nuestro refugio, nuestro templo, por lo que si la persona quiere tener serenidad y tranquilidad de espíritu, tiene que recuperar la salud, ponerse en forma, mejorar su cuerpo y ver qué ocurre.
Uno de los indicadores de un cuerpo sano es el índice de masa corporal (IMC). El IMC es el peso medido en kilogramos dividido por el cuadrado de la altura en metros. Según la Organización Mundial de la Salud, se considera que una persona tiene sobrepeso cuando su IMC es igual o mayor a 25.
El exceso de peso impone un riesgo más alto de trastornos de salud graves. No se puede cambiar la altura, aunque sí se puede perder peso.